sábado, 9 de febrero de 2008

El Emisario

Tengo por fin en mis manos el segundo título de la serie Leyenda Élfica, del que, como recordaréis, ya nos habló su autor en la entrevista que le hice hace un par de meses. Y si me costó hacerme en su día con El oro y el acero, otro título de la línea Singular de Nosolorol, este ya se ha llevado la palma. Ni siquiera dos meses después de su publicación lo tenían en la Fundación Kauffman, la tienda física de la editorial. Por ello, lo primero que haré es llamar la atención sobre la mala distribución que están sufriendo los librojuegos de Nosolorol, y en especial una serie como Leyenda Élfica, que desde mi punto de vista merecería una atención especial.

Dicho esto, pasemos a comentar el libro. Tras el ataque sufrido por la ciudad de Litdanast a manos de una horda de orkos y dragones, el rey Gerahel comprende que el regreso de estos terribles monstruos alados no puede significar otra cosa que el regreso del terrible nigromante Abanatah, conocido como el Rey Dios, que, tras sembrar el caos por todo Valsorth con sus ejércitos de demonios, fue acorralado por un ejército aliado de elfos, hombres y gigantes azules y encerrado en un círculo mágico de piedra junto a los dragones y demás engendros a su servicio. Ante esta posibilidad, el rey Gerahel no se lo piensa y comienza los preparativos para hacer frente al posible regreso del nigromante, pero el pueblo de los elfos no disfruta del esplendor de los días antiguos, y entiende que la supervivencia de su raza solo puede ser posible mediante una nueva alianza con los hombres. Sin hacer caso a las protestas que se levantan en torno a él por esta decisión, te encomienda a ti, su hijo menor, la importante misión de llevar una misiva a Stumlad, el principal asentamiento humano, para pedir al rey Edoar que se una a Shalanest con el fin de resistir a la nueva amenaza.

Este argumento, ya de por sí, nos anticipa una historia llena de emoción, y desde luego su desarrollo va a cumplir estas expectativas. Aunque la aventura no es tan trepidante como la de El bosque en llamas, la supera en muchos aspectos. Para empezar, esta vez no nos pasamos toda la aventura con el corazón en un puño, agobiados por la huida hacia un lugar seguro. Esta vez nos encaminamos hacia el peligro por propia voluntad, aunque desconocemos muchas de las sorpresas, por lo general desagradables, que nos esperan. La historia sufre muchos más cambios de ritmo y más bruscos (en el libro anterior el ritmo no decaía en ningún momento, sino que iba in crescendo hasta el final), razón por la cual las situaciones llegan a ser más sorprendentes y los diferentes momentos culminantes más memorables.

Con respecto a la jugabilidad, la dificultad es parecida a la del título anterior (podríamos considerarla media-alta), pero al existir mayor variedad de situaciones, depende en mayor medida de las decisiones que tomemos en nuestro camino a Stumlad. Hay menos combates, pero estos son por lo general más difíciles, intensos y atractivos. Existen asimismo varios enigmas medianamente fáciles de resolver que hacen más entretenido el juego. Cabe mencionar también que encontramos muchos más objetos, y algunos mucho más interesantes que los que pudimos encontrar en el bosque de Shalanest.

El diseño es un poco lineal en las primeras cinco o seis secciones y en determinados momentos, pero por lo general encontramos tendencia a secuencias que permiten la libre exploración de los lugares que visitamos, cosa que hasta ahora no habíamos experimentado en la serie. Esto, unido al uso de las Palabras, da mucho juego, ya que proporciona una manera de alterar la secuencia en un punto determinado, rompiendo el bucle que nos permite la libre exploración para introducir algún acontecimiento novedoso, aunque no inesperado; pues el mero uso del sistema de Palabras ya nos pone sobre aviso de que en un lugar anteriormente visitado puede llegar a ocurrir algo diferente. Esto se debe, simplemente, a que en estos párrafos se pregunta al lector si tiene apuntada alguna palabra, para mandarle a una sección diferente. No obstante, ello no hace que decaiga nuestro interés, antes al contrario si cabe, pues en ocasiones nos interesará buscar la manera de romper el bucle y acceder a la nueva sección. También hace uso el autor de la clásica estrategia de sumar un número determinado al número de sección en que nos encontremos para llegar a lugares secretos a los que solo podemos acceder si disponemos de la información pertinente; estrategia que, aunque es antigua (los primeros títulos de Lucha-Ficción de los ochenta fueron los priemros en usarla), sigue siendo muy eficaz, ya que así no se revela la existencia de caminos alternativos.

En lo que se refiere a la narración, está muy bien cuidada. He de hacer mención especial a algunas comparaciones realmente bellas e inspiradas:

"Las primeras luces del alba atraviesan la cúpula arbórea como lanzas doradas."

Es solo uno de los ejemplos del elegante estilo usado por el autor, que contribuye en gran medida a introducirnos de lleno en el mundo que nos describe.

El apartado de ambientación es lo que más destacaría de esta obra, pues a este propósito se aúnan tres elementos, a saber: la maquetación del libro, las numerosas ilustraciones pequeñas interiores y las frecuentes referencias que hace el autor a hechos y personajes destacados de la historia de Valsorth, aprovechando cualquier ocasión para ampliar nuestro conocimiento del mundo, pero no de forma arbitraria, sino proporcionando comentarios a propósito de cualquier objeto, paraje o personaje que encontremos durante el viaje, con lo cual no decae lo ameno de la lectura.

Analizo a continuación el apartado gráfico. Tengo la impresión de que el número de ilustraciones ha aumentado con respecto al libro anterior, sobre todo las pequeñas, que consisten en diversos objetos, como armas, escudos, pociones, calaveras... las cuales, como ya he comentado, proporcionan un ambientación idónea que nos ayuda a introducirnos aún más en la historia. Sin embargo, opino que las ilustraciones de página entera son por lo general algo más flojas que en El bosque en llamas, ya que la mayoría son composiciones de figuras que carecen de fondo, si bien hay tres que me gustan bastante, las de las páginas 75, 93 y 145. Las demás las veo demasiado simples en el sentido de que carecen de los detalles que las hacían llamativas en el primer libro (la ausencia de un fondo es en parte la causa de ello). Eso sí, la ilustración de la portada me gusta mucho más que la del libro anterior.

La calificación final del conjunto del libro se acerca mucho al sobresaliente y, en general, es mejor en muchos aspectos a su predecesor. Un título que encantará a cualquier amante de este tipo de libros, perteneciente a la que por ahora es la mejor saga de librojuegos del siglo XXI, y que sin duda hubiera llegado a tener la calidad de la saga de Lobo Solitario si hubiera sido más larga. Solo nos queda disfrutar de esta estupenda aventura y esperar que el siguiente libro salga lo antes posible.

3 comentarios:

Jolan dijo...

Tiene muy buena pinta. Estoy seguro de que me gustará, por la parte diplomática que tiene la misión de este segundo libro, y que imagino dará lugar a más interacción con secundarios. A ver si esta vez logro hacer uso de las Palabras, ya que en el primero no pude apuntar ni una.

Las ilustraciones de dentro aún no sé como serán, pero la portada está muy bien.

En fin, todo esto si algún día consigo hacerme con él... porque está difícil encontrarlo.

Juan Pablo dijo...

Bueno, la interacción con los personajes es aún mayor en el siguiente, La abadía de la traición, ya que en este sufres las penalidades del viaje a Stumlad y va más de aventura viajera con visita (obligada por ese Destino llamado José Luis ;) ) de pintorescos parajes, pero es en el siguiente en el que conoces al rey Edoar y a su familia (a mi es el libro que más me gustó de la serie).

Anónimo dijo...

A mi también, la "Abadía de la Traición" fue el que más me gustó. A ver si hay suerte y consigue publicar toda la saga.

Y ya puestos, "El Desafío del Guantelete" y especialmente "El Reino de la Sombra".