sábado, 11 de octubre de 2008

Traición

Con motivo de la nueva edición de Aquelarre, la editorial Nosolorol va a publicar en su blog, como adelanto y para ir abriendo boca, la versión digital de un librojuego que he titulado Traición y que se ofrecerá en tres entregas de un capítulo cada una. La historia se sitúa a finales del siglo XIV, en los territorios fronterizos entre Castilla y Granada, durante el periodo de calma tensa que se vive tras la tregua firmada entre los reyes de ambas naciones. No voy a contar nada sobre el argumento, ya que para ello tendría que descubrir algo de la trama, pero el título ya ofrece una idea de cuál va a ser el leitmotiv de la historia.

Las reglas son una versión bastante simplificada de las reglas de Aquelarre, adecuada para los lectores que no están acostumbrados a lidiar con las complejidades habituales de los juegos de rol. Además, se utilizan dos dados normales de seis caras, que siempre están más a mano que esas diabólicas monstruosidades poligonales que usamos los jugadores de rol.

La trama se irá descubriendo con ayuda de tres personajes distintos que participan en ella. Cada personaje es el protagonista de uno de los capítulos, y a nivel de reglas sólo hay que decidir las habilidades que tienen, ya que cada uno posee una historia personal y una ocupación predefinidas.

La aventura tiene una peculiaridad que seguramente será acogida con opiniones situadas en polos opuestos y extremos: a unos les encantará y a otros les molestará bastante. Y es que está escrita íntegramente imitando el castellano bajomedieval, y más concretamente el que podemos ver en las obras de Alfonso X y posteriores. Y no es el léxico lo que dará más problemas a la hora de entender el texto, ya que solo se han incluido algunas palabras recogidas en un glosario (que el lector podrá consultar cuando sea necesario), sino el aspecto gramático, pues hay algunas diferencias entre el castellano antiguo y el actual: los tiempos verbales cambian un poco, el orden de las palabras es mucho más laxo, los pronombres se suelen colocar en lugares que a nosotros nos suenan mal... Pero esto contribuye a proporcionarle un regusto medieval a la historia, razón por la cual consideré que valía la pena sacrificar un poco de legibilidad en pro de introducir un elemento que acercara la ambientación de la historia al lector, para ayudarle a dejar volar su imaginación y transportarle al medievo español.

En fin, las críticas que reciba me ayudarán a saber si estuve acertado en mi decisión o si me equivoqué. El caso es que mi idea al principio fue escribir todo en castellano antiguo, pero no imitándolo, sino a lo bestia, usando el léxico y la gramática exclusivamente medieval. Menos mal que Pedro J. me puso en el buen camino, porque aparte del esfuerzo adicional que hubiera supuesto, pocas personas hubieran aguantado más allá del primer párrafo.

Pronto tendréis el primer capítulo en el blog de Nosolorol.

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